LA MAR, LAS NUBES Y LOS BARCOS

sábado, 25 de diciembre de 2010

MI TEMA

Con la misma enfermiza obsesión con la que el Capitán Acab navega por todos los océanos del mundo a la búsqueda de Moby Dick, uno va dando bandazos a babor y a estribor por el proceloso océano de la pintura, en pos de los temas de sus próximos cuadros.
        Recientemente la nostalgia de mis muchos años de navegación mediterránea, me ha llevado a releer a Melville, Dana, Slocun, Corad, London, Baroja y otros escritores de temas y aventuras náuticas, que fueron ídolos literarios de mi adolescencia y juventud. Con ellos se han despertado en mí los sentimientos románticos y el profundo e imperecedero amor por la mar y sus cosas, que por otra parte, siempre han estado más o menos presentes en mi obra.
         E ahí el tema, me dije, y como si hubiera dado con mi ballena blanca, he decidido dejarme de bandazos y con el viento favorable navegar solo por este océano que tanto me atrae, sin tener en consideración modas o posibles anacronismos.Intentaré reflejar en mis cuadros, las imágenes que me sugieren  las descripciones literarias de esos grandes escritores; la lucha del hombre para surcar la mar en busca de algo mejor, del pan, de la aventura,de la necesidad del viaje; peleare con los difíciles amaneceres y atardeceres;
Con las noches iluminadas por el claro de luna; con exóticos mares; con las calmas ecuatoriales; con los mares polares; con tormentas, chubascos, tifones, trombas, turbonadas y huracanes que a veces llevan al naufragio Poblaré mis cuadros de goletas, bergantines, bricbarcas, bajeles, fragatas, clíper de la carrera del té (catedrales de lona fueron llamados por alguien) y en general de todos los buques que surcaban la mar en mi adorado siglo XlX, incluidos vapores mixtos de transición. Cascos, palos, vergas, jarcia, cabulleria y velas estarán en ellos para que la furia del viento les arranque los sonidos que estremecen  en la tempestad  o acarician cual suaves violines con las brisas…Y el mar, la mar : apacible, violenta y furiosa; espejo en el que se reflejan las infinitas caras del cielo; origen de la vida y tumba también en tantas y tantas ocasiones; y las olas, peinado que luce la mar  para enamorar a quien la mira y que por su veleidad cambia a impulsos del viento.Y la costa, con sus motañas, cabos, golfos,ensenadas, abrigos…Y las nubes, mis queridas nubes, abstractas, viajeras y siempre cambiantes…Y los astros: sol, luna, planetas, estrellas, constelaciones…Y las señales marítimas: farolas, boyas, faros que en la oscuridad de la noche disparan destellos  de situación, de esperanza de salvación para los náufragos. Y por fin la vida animal que puebla los mares: ballenas, delfines, peces voladores y sobre ellos, vigilándolo todo, las aves marinas: gaviotas, albatros, cormoranes, alcatraces…
             ¡Todo!. Todo eso pretendo que se refleje en mis actuales y futuros cuadros, con el mayor rigor técnico-náutico y como no podía ser menos, con ligeras concesiones a las necesidades artísticas.
              Se acabaron los bandazos temáticos, que a la postre acaban por hacerte perder el rumbo cuando se navega por aguas desconocidas. Desde ya, mi único tema serán las marinas.”
           

                                    Carlos Bermejo
                                    Pintor marinista
  Hace algunos años, pocos, escribí este texto para insertar en el catalogo de mi primera exposición monotemática No se por qué, lo deseche. Sin embargo y como quiera que se  trata de una declaración de intenciones que se ha afianzado con el tiempo y más de quinientos cuadros del tema, lo utilizo ahora para justificar el porqué de mi obra como marinista.

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