CARLOS BERMEJO PINTOR MARINISTA: DE LA SERIE NOCTURNOS

domingo, 26 de diciembre de 2010

DE LA SERIE NOCTURNOS

1 comentario:

Palmeral dijo...: Estos cuadros tienen una luz impresionista, muy logrados.; 4 de enero de 2011, 9:08

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CURRICULUM RESUMIDO

CARLOS BERMEJO
Natural de Molina de Segura (Murcia) reside desde mayo del 68 entre Alicante y San Vicente, donde tiene su estudio. Patrón de Yate y navegante durante más de veinte años, fue Jefe de Prensa del Real Club de Regatas de Alicante y colaborador del “Diario Información” y de la revista “Yate y Motonáutica”
Se inicia tardíamente en la pintura y recibe clases de Amparo Escrivá durante cuatro meses. Después se dedica a copiar a los grandes maestros, que son los suyos. En un principio toca todos los temas, hasta que hace unos seis años, impulsado por su amor a la mar se decanta por las marinas y hoy es considerado un pintor marinista.
Ha realizado diez individuales y más de cincuenta colectivas. Actual Secretario de la Asociación de Artistas Alicantinos. Escritor, conferenciante y presentador-divulgador de temas artísticos. Figura en el libro “Pintores alicantinos 1900-200” y en el “Diccionario de Artistas Valencianos. Ha escrito y publicado el libro “Mirar un cuadro y algo más”, y “Sorolla, Pintor de la luz”, en colaboración.

¿POR QUÉ PINTO MARINAS?

MI TEMA

Con la misma enfermiza obsesión con la que el Capitán Acab navega por todos los océanos del mundo a la búsqueda de Moby Dick, uno va dando bandazos a babor y a estribor por el proceloso océano de la pintura, en pos de los temas de sus próximos cuadros.
Recientemente la nostalgia de mis muchos años de navegación mediterránea, me ha llevado a releer a Melville, Dana, Slocun, Corad, London, Baroja y otros escritores de temas y aventuras náuticas, que fueron ídolos literarios de mi adolescencia y juventud. Con ellos se han despertado en mí los sentimientos románticos y el profundo e imperecedero amor por la mar y sus cosas, que por otra parte, siempre han estado más o menos presentes en mi obra.
E ahí el tema, me dije, y como si hubiera dado con mi ballena blanca, he decidido dejarme de bandazos y con el viento favorable navegar solo por este océano que tanto me atrae, sin tener en consideración modas o posibles anacronismos.Intentaré reflejar en mis cuadros, las imágenes que me sugieren las descripciones literarias de esos grandes escritores; la lucha del hombre para surcar la mar en busca de algo mejor, del pan, de la aventura,de la necesidad del viaje; peleare con los difíciles amaneceres y atardeceres; con las noches iluminadas por el claro de luna; con exóticos mares; con las calmas ecuatoriales; con los mares polares; con tormentas, chubascos, tifones, trombas, turbonadas y huracanes que a veces llevan al naufragio Poblaré mis cuadros de goletas, bergantines, bricbarcas, bajeles, fragatas, clíper de la carrera del té (catedrales de lona fueron llamados por alguien) y en general de todos los buques que surcaban la mar en mi adorado siglo XlX, incluidos vapores mixtos de transición. Cascos, palos, vergas, jarcia, cabulleria y velas estarán en ellos para que la furia del viento les arranque los sonidos que estremecen en la tempestad o acarician cual suaves violines con las brisas…Y el mar, la mar : apacible, violenta y furiosa; espejo en el que se reflejan las infinitas caras del cielo; origen de la vida y tumba también en tantas y tantas ocasiones; y las olas, peinado que luce la mar para enamorar a quien la mira y que por su veleidad cambia a impulsos del viento.Y la costa, con sus motañas, cabos, golfos,ensenadas, abrigos…Y las nubes, mis queridas nubes, abstractas, viajeras y siempre cambiantes…Y los astros: sol, luna, planetas, estrellas, constelaciones…Y las señales marítimas: farolas, boyas, faros que en la oscuridad de la noche disparan destellos de situación, de esperanza de salvación para los náufragos. Y por fin la vida animal que puebla los mares: ballenas, delfines, peces voladores y sobre ellos, vigilándolo todo, las aves marinas: gaviotas, albatros, cormoranes, alcatraces…
¡Todo!. Todo eso pretendo que se refleje en mis actuales y futuros cuadros, con el mayor rigor técnico-náutico y como no podía ser menos, con ligeras concesiones a las necesidades artísticas.
Se acabaron los bandazos temáticos, que a la postre acaban por hacerte perder el rumbo cuando se navega por aguas desconocidas. Desde ya, mi único tema serán las marinas.”

Carlos Bermejo
Pintor marinista
Hace algunos años, pocos, escribí este texto para insertar en el catalogo de mi primera exposición monotemática No se por qué, lo deseche. Sin embargo y como quiera que se trata de una declaración de intenciones que se ha afianzado con el tiempo y más de quinientos cuadros del tema, lo utilizo ahora para justificar el porqué de mi obra como marinista.

“MIRAR UN CUADRO Y ALGO MAS” LIBRO DE CARLOS BERMEJO, A LA VENTA
Carlos Bermejo, Secretario y Coordinador de Talleres de la Asociación de Artistas Alicantinos, ha editado a sus expensas y sin subvención alguna, un libro titulado “MIRAR UN CUADRO Y ALGO MAS” en el que recoge las semblanzas-presentación de los treinta y dos artistas que a lo largo de dos años, han pasado por el Taller de “MIRAR UN CUADRO”, que el coordina y presenta. También de los diversos conferenciantes que lo han hecho en la Asociación “Y ALGO MAS” que trata sobre su personalidad humana y artística.
Aunque tiene pensado que a este libro sigan otros en los que incluir a los asociados que en lo sucesivo vayan pasando por este Taller, depende de la acogida que se le preste a este.
A tal efecto el libro se halla a la venta en la Asociación, al precio de DIEZ EUROS el ejemplar, que es el de coste de la impresión, pues su autor no pretende mas beneficio que el de la satisfacción moral propia y el dejar constancia para la historia de la Pintura alicantina, de la personalidad de los artistas que en el figuran.

OPINIONES SOBRE MI PINTURA

‘AL CLARO DE LUNA EN LA MAR’: Otra vuelta de tuerca al Neoromanticismo pictórico de Carlos Bermejo.

Luis Barcala Sierra

“En aquel momento percibí como una luminosidad entorno mío dentro del barril y, mirando hacia arriba, ví que había salido la luna y plateaba la cofa del palo de mesana y llenaba de blanco resplandor la cóncava lona de la cangreja del trinquete y, casi en el mismo instante, la voz del vigía gritó: -. ¡Tierra!.”
Robert Louis Stevenson
‘La Isla del Tesoro’

Si, cerrando los ojos, escuchamos atentamente el fragmento anterior de ‘La Isla del Tesoro’ y, de repente, los abrimos frente a uno de los cuadros hoy aquí expuestos por Carlos Bermejo, necesariamente nos ha de surgir la duda: “¿Pintó Carlos el cuadro inspirado por las palabras de Stevenson, o fue el escritor quien, inspirado por las marinas pintadas por el maestro Bermejo, las plasmó en papel?”. Tal es la fuerza expresiva y evocadora de todos y cada uno de los cuadros colgados en esta exposición que hoy se inaugura de la obra de Carlos Bermejo: ‘AL CLARO DE LUNA EN LA MAR’.

La fuerza ensoñadora de este neoromántico que es Carlos Bermejo llega a su máxima expresión cuando sus escenas marinas se ubican en el entorno de lo nocturno. Hemos viajado de la mano del maestro Bermejo por el trayecto de su propia evolución pictórica: Tomada la decisión irrevocable de ser “marinista”, nos mostró en una primera exposición marinas de corte y composición clásicas en las que ya se anunciaba el compromiso estilista del artista con un nuevo romanticismo pictórico, caracterizado por el tratamiento onírico de las escenas; una segunda exposición, inaugurada en el Casino de Villajoyosa, mostraba un paso más en su compromiso romántico, sirviendo el mar de contexto, pero adquiriendo los cielos un mayor protagonismo, adueñándose completamente de la escena y sirviendo de perfecto barómetro de las presiones internas del artista; finalmente, en esta tercera exposición, Carlos Bermejo da una genial vuelta de tuerca más a su labor creadora, y esos cielos románticos, esas escenas soñadas y rescatadas de su memoria, se convierten en nocturnos: ¡No existe nada que pueda ser más estéticamente romántico!.

Pero no se trata solo de un ejercicio técnico exprimiendo la temática dentro de un estilo ya perfectamente definido e identificable. La atmósfera y el equilibrio compositivo que Carlos Bermejo logra en estos nuevos cuadros nos traslada, de forma real, a ese mundo que existe en su cabeza, nos abre una puerta generosa a las entrañas de sus sentimientos más íntimos y podemos ver aquí al Carlos Bermejo tímido e íntimo, que disfruta de un complejo y erudito mundo interior.

Siempre he pensado, y así lo he expresado en las presentaciones con las que el maestro Bermejo me ha honrado hacerle, que si importante e impactante resulta el estudio técnico que se trasluce de su obra, mucho más importante es la facilidad con la que trasmite sus estados de ánimo y su propia personalidad, que plasma con óleo sobre la tabla como el escritor pone negro sobre blanco.

Quizá aún no sabemos valorar adecuadamente la importancia que ya tiene un pintor como Carlos Bermejo. Se lamentaba el profesor Dupuy, y con razón, de que en una tierra levantina como la nuestra, la pintura siempre ha vivido de espaldas al mar. Son muy pocos los que se han atrevido a mirarla de frente, y Carlos Bermejo la mira y nos introduce en ella, desde una perspectiva baja y amplia.

En estos mares al claro de luna, donde la paleta limita drásticamente la variedad cromática, exigiendo muchísimo más del artista, Carlos Bermejo nos presenta escenas con cielos complejísimos en los que los planos formados por las nubes, y delimitados por las luces y reflejos de la luna, son los que crean la atmósfera propicia que nos traslada al mundo imaginado y recordado de Carlos Bermejo.

No puede finalizar una presentación de esta nueva obra de Carlos Bermejo de otra forma más que con la cita de uno de los más grandes poetas franceses, en la frontera del romanticismo y el realismo, Victor Hugo:

Era clara la luna y jugaba en el agua.
La ventana ya libre está abierta a la brisa,
la sultana se asoma y a lo lejos el mar
al romper borda en plata los islotes negruzcos.

El poema, no podría ser de otra forma, lo tituló Hugo ‘Claro de luna’.

Agradecer a Carlos Bermejo que nos permita compartir con él el inmenso placer de contemplar su obra.

Alicante, 26 de marzo de 2.010
Luis Barcala Sierra

OPINIONES SOBRE MI PINTURA

LOS PLANOS ESCÉNICOS EN LA PINTURA DE CARLOS BERMEJO
Luis Barcala Sierra
Presentación de la Exposición “LA MAR ROMANTICA” de Carlos Bermejo
Casino de Villajoyosa 29 de febrero de 2.008

Buenas tardes a todos los que hoy nos hemos dado aquí cita, en el marco incomparable del Casino de Villajoyosa, alrededor del pintor Carlos Bermejo y su obra, en esta magnífica exposición que, bajo el título de “La mar romántica”, hoy se inaugura.

Con motivo de la exposición que, bajo el mismo título, Carlos Bermejo expuso en la sede de la Asociación de Artistas Alicantinos, tuve ocasión de plantear lo que entonces definí como pintura Neorromántica de la que Carlos Bermejo, no solo es claro exponente, sino uno de sus principales baluartes.

No sería apropiado que hoy, aquí, me limitara a repetir aquello que ya entonces quedó dicho, y que Carlos, muy amablemente, ha reproducido en el texto que ha puesto a su disposición en la sala. Hoy, siguiendo con aquella presentación en la que buceaba en el estilo del maestro Bermejo, me gustaría hablar de la estructura compositiva de su obra.

Carlos Bermejo pinta marinas. Él mismo se define como pintor “marinista”, por lo que la temática de su obra queda claramente definida: el mar. Pero ¿es el mar realmente el protagonista en la obra de Carlos Bermejo?. Sinceramente creo que no o, mejor dicho, no creo que lo sea de una forma exclusiva y excluyente.

Si analizamos, uno por uno, los cuadros que hoy Carlos Bermejo nos presenta podremos apreciar tres claros planos escénicos perfectamente diferenciables:

Por un lado, el mar. Aparentemente es el escenario de la representación pictórica. El mar se muestra en calma o agitado, con olas que chocan con violencia contra las rocas y los escollos o entre sí, levantando columnas de espuma. Convino el maestro conmigo, que ese mar reflejaba su estado de ánimo en cada pintura.

Por otro lado, el cielo. Cielos oscuros de nocturnos en calma, suaves atardeceres, negros nubarrones que anuncian galernas. Llega un punto en el que el cielo adquiere tanto, o más, protagonismo que el mismo mar, y en la escena marina es el cielo el que nos aventura qué va a pasar o qué es lo que ya está pasando. En realidad, como el marino, aquí el pintor se enfrenta a cielo y mar, los únicos elementos que están en su campo de visión: lucha en el mar y con el mar, pero mira al cielo buscando el consuelo del fin de la tormenta, o el pánico ante la borrasca que se avecina.

Por último, Carlos Bermejo siempre introduce un tercer elemento: el barco, el faro, las rocas, la costa. Es el punto de referencia y el objeto que disfruta o padece a los elementos, al mar y a la tempestad.

El pintor de verdad, el que se expresa con seguridad en su obra, siempre está presente en el cuadro. ¿Quién es Carlos Bermejo en sus cuadros?, ¿qué plano escénico representa?, ¿es el mar?, ¿es el cielo?, o ¿es ese barco que lucha en mitad de la tormenta o ese faro que aguanta el envite de las olas?.

Carlos Bermejo es todo en sus obras. Es el mar, que marca su estado de ánimo al enfrentarse al lienzo en blanco; es el cielo que representa sus circunstancias; y es el barco, el faro y la roca que, a lo largo de los años, dando lo mejor de sí mismo, aguanta con valentía los avatares de la vida, y con una pincelada corta y precisa reconstruye todo su mundo, toda su vida.

Mi más sincera enhorabuena y agradecimiento a Carlos Bermejo por obsequiarnos con esta exposición que es él mismo.

Villajoyosa, 29 de febrero de 2.008

POESIA DE MI AMIGA CATI SARABIA DEDICADA A MI JARDIN ROMANTICO

CAPRICHO ANDALUZ

Como un capricho andaluz
es tu jardín en Alicante;
tiene tanta belleza, tanta luz,
que mis ojos,
ciegos de hermosura,
no quisieran cerrarse.

Este jardín me enamora
como a una reina mora;
es un sueño de paz,
es la musa de los poetas,
es el edén de los pintores
y es que su estanque,
con su armonía y arte,
cautiva al instante.

Bajo el sol de primavera
florece Villa Elena
en estallido multicolor
de verdores y retallos;
y en su estanque suena
la música acuática;
como una oda a la belleza
de la mágica azucena.

En el día de los pintores,
danzan entre las flores
y gorjean los ruiseñores;
y en las fuentes
de cascadas sonoras,
beben los pajarillos
a todas horas.

Erguidas sobre su tallo,
las calas en la fronda,
blancas como palomas,
están soñando…

Duermen los helechos
a la sombra.
¡Callad que pasa la alondra
rozando la palmera airosa!
¡Detened el paso,
que las mariposas
en están libando!
Es un paraíso romántico,
donde la vida reposa;
es un espacio para meditar,
para hablar con el silencio,
para preguntar a Dios:
¿Es esto el cielo?

Es un jardín con aroma
de ciprés de la Alambra,
con ecos
de surtidores de agua,
de acequia murciana;
con el embrujo
de un patio cordobés
y toda la calma
de un jardín Zen.

Reposa la tarde
entre nenúfares floridos;
sin puentes de la luna
que crucen la laguna.
¡Silencio!
Saltan las ranas verdes,
de una en una.

La rosa del amor se abre
y expande sin rubor
su belleza multicolor;
el cielo desde los pinos
es un lienzo azulado,
que se mira en el espejo
del estanque encantado.

Que Dios guarde a Loli,
la jardinera
que vino al Mediterráneo;
a traer el arte y la lozanía
de su tierra de Andalucía.
Que Dios bendiga a Carlos
y a su familia
por muchos años.

Cati Cano Sarabia, 2010

POESIA DE ALEJANDRO LORENZO VELA A CARLOS BERMEJO

VOLCAN DE ILUSIONES
¡Belleza! ¡Belleza!
Exclama el pintor
Como cantautor
De naturaleza.
¡Belleza! ¡Belleza!
Todo es emoción,
Costa de Gijón.
La mañana empieza.
O empieza en Mahón,
Con delicadeza
Empapa en belleza
La contemplación.
Se acerca a la mar,
En sus oleajes
Descubre paisajes
A perpetuar.
Sentado en la orilla
Se queda extasiado,
Esta enamorado
De tal maravilla.
Buscando colores
Otea las lomas
Sediento de aromas,
ávido de amores.

Todo lo observado
Guarda en el zurrón;
Hasta el corazón
Lo lleva impregnado.
En el lienzo es vida
Aquel gran caudal,
Como manantial
Que a mirar convida.
Volcán de ilusiones
Es Carlos Bermejo;
Su vida, un espejo
De motivaciones.
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… y cada mañana,
Mientras despereza,
Grita en su ventana
¡Belleza! ¡Belleza!

ALEJANDRO LORENZO VELA
ABRIL DE 2005