LA MAR, LAS NUBES Y LOS BARCOS

viernes, 27 de mayo de 2011

MARIA DOLORES BARBEYTO EN "MIRAR UN CUADRO"

<BARBEYTO Y CARLOS>
<TOP LEES,OBRA DE BARBEYTO>

AVISO A LOS NAVEGANTES
Por tradición siempre he publicado en mi blog el texto completo con el que presento a mis invitados a "MIRAR UN CUADRO".  Por su extensión quizá resulte un escollo difícil de leer para aquellos que no le interese el tema. Sin embargo para el presentado y para el presentador, es satisfactorio que estas semblanzas naveguen por la red.

MIRAR UN CUADRO: MARÍA DOLORES BARBEYTO
OBRA: “TOP LESS”
  Después de algunos meses en los que este Taller de “MIRAR UN CUADRO” ha estado en dique seco, vuelve a navegar hoy con una artista de reconocido prestigio y veteranía en el panorama de la pintura alicantina: nuestra compañera MARIA DOLORES BARBEYTO, que nos va presentar para que la valoremos y enjuiciemos, un cuadro de gran formato que tiene por título “TOP LESS”, por lo que, con tal título y teniendo en cuenta que una gran parte de su ya extensa obra está dedicada a representar en todos sus aspectos el rostro y el cuerpo femenino, es fácil deducir por dónde van los tiros.
  Yo no quiero hacer hoy una presentación demasiado convencional de MARIA DOLORES, para ser consecuente con lo que ella ha sido y es en el arte y en la vida.    Sabemos (porque ella nos lo ha contado) que su padre era un madrileño afincado en la noble y popular calle de la Villavieja alicantina, en la que de siempre han alternado las casas palaciegas con las  de marineros y pescadores. No dudo que  la casa de esa calle en la que ella vino a nacer, seria de las palaciegas, pues aunque no se a que se dedicaba su padre, el hecho de que su abuelo fuera ingeniero de montes, en aquellos tiempos en los que estudiar solo lo podían hacer los ricos, denota ya una clase social alta en el origen de los Barbeytos. Si además de eso, sabemos que el abuelo ingeniero, en vez de tirar al monte como la cabra, se iba al Prado en sus ratos libres a copiar a los grandes maestros de la pintura, está claro que lo que pactaba en  ese Prado era algo más que hierba y que estaba alimentando artísticamente los genes que luego trasladaría a su hijo, que al parecer fue un gran dibujante, y a su nieta MARIA DOLORES, que recibió con creces la herencia genética.
   De su madre no sabemos gran cosa, pero me atrevo a asegurar que estaba en la casa de la calle Villavieja el día y la hora en que nuestra artista nació, y que sin lugar a dudas sería una mujer bella, pues aunque se diga eso “de padres feos hijos guapos” no es verdad, por lo tanto y viendo a MARIA DOLORES, también puedo asegurar que su madre debió ser muy bella. Lo que no puedo asegurar es el año en el que se produjo el acontecimiento. Ese dato no me lo ha proporcionado MARIA DOLORES, y cuando se lo pedí, lo declaró “secreto de sumario” y no insistí pues soy bastante respetuoso con las decisiones judiciales. Pero me puse a atar cabos y por la fecha que las calasancias se instalaron en Alicante, en su primer colegio en un piso de la calle Mayor y los diez años que ella tuvo que estar en ese colegio donde hizo primaria y secundaria, y de donde salió para entrar en el Instituto Miguel Hernández donde hizo quinto, sexto y preuniversitario, deduje el año en el que nació, pero ella lo declaró  “secreto de sumario” y yo no lo voy a revelar, porque MARIA DOLORES, tiene la edad que representa y no sé qué haya hecho ningún pasto con el diablo para estar  siempre tan bella como la vemos.
   Aunque ya en el colegio había destacado en dibujo, lo que le llevo incluso a hacer de profesora de las demás compañeras, al terminar en el instituto no dio el paso que podía haber sido previsible: el de estudiar Bellas Artes. Por razones que ignoro, y seguramente influenciada por la familia se puso a preparar oposiciones para ingresar como funcionaria ( el sueño de todo español) en la C.A.M.P.S.A, algo que logró tras superar los difíciles exámenes a los que fue sometida.
   Funcionaria con sueldo seguro de por vida, joven y guapa a rabiar, como podemos ver en alguna de las fotos de su primera juventud que cuelgan del árbol de su blog, y sin miedo a volar, MARIA DOLORES emprende el natural viaje de todo funcionario, que la llevan desde Albacete –su primer destino- a Valencia donde además de trabajar con la gasolina, en sus ratos libres –como hacia su abuelo yéndose del monte al  Prado- ella se va a la Escuela de Artes y Oficios, donde comienza a trabajar con el óleo y por tanto con la trementina. El funcionariado no podía borrar de un plumazo la carga genética y quizá, su secreta  y auténtica vocación de ser pintora. Y es en Valencia donde comienza a mostrar sus primeras obras, y donde obtiene su primer reconocimiento público al ganar en 1984 el primer  Premio, en el primer Certamen del Concurso Regional de Pintura C.A.M.PS.A.
     La ruta de su peregrinaje como funcionaria, la llevan después de Valencia, a Barcelona, Cartagena, Castellón, Madrid y finalmente a Alicante, a donde llegó para quedarse pues aquí tenía sus raíces y el ambiente propicio para, en paralelo a sus obligaciones laborales, ir  ganándose un espacio propio en el mundo de la pintura, en el que hoy es uno de sus más importantes gurú femenino.
   Pero a la misma vez que se iba abriendo hueco en el mundillo artístico y en las exposiciones de todo tipo en la que participaba, no dejó de  ahondar en su aprendizaje –que nunca da por terminado- para lo cual pasó “por muchas escuelas” como a ella le gusta decir, siendo la ultima la de la Caja de Ahorros Provincial, en la que tuvo como profesor al maestro Antogonza.
   Despues de eso, su larga escuela de interminables horas en su estudio de Benidorm; su tanteos con los diversos estilos que influyen en un pintor hasta que encuentra el suyo propio; las infinidad de exposiciones más o menos importantes en función del lugar y con quien se expone; su adscripción a algunos grupos formados por los pintores de más prestigio de la pintura alicantina con los que  alterna en exposiciones por varios lugares y salas; las selecciones, los concursos ganados, los premios recibidos, las colaboraciones de todo tipo: para las nobles causas sociales, para los moros de barrio, para el rastrillo, para la Semana Santa, para ilustrar publicaciones de todo tipo: libros, revistas etc. Su participación como comisaria en importantes exposiciones. Alguna que otra conferencia sobre su pintura y el arte en general. En fin toda aquella parafernalia que rodea a un pintor de éxito a lo largo de su trayectoria artística y expositiva, y que van formando esos currículos interminables que son como cartas de presentación y que yo me niego a recitar y a reflejar en el papel, tanto mío como de los demás. El currículo más explícito de un artista, es la muestra de su obra, y el refrendo a lo que hace se lo da o se lo quita el espectador. Todo lo demás es paja.
  Y ese refrendo, lo ha tenido y lo tiene “la Barbeyto”, a la que muchos al mencionarla, le ponen ese “la”, que le da un marchamo de popularidad que pocos artistas alcanzan. Y también lo obtuvo el día grande, en el que allá por el año 1996, obtiene el Primer Premio y Medalla de Oro en  el XXXX Salón Internacional de Arte de Bézier, después de haber logrado en años anteriores otras medallas de inferior categoría en esa misma ciudad de la Fran..
  Y ya por fin, su espíritu asociativo demostrado al ser socia fundadora de esta Asociación, del grupo de pintores de Gabriel Miro, pionero en la pintura al aire libre en nuestra querida Plaza, y también de Espejo de Alicante, del  que fue Secretaria y del que, no ha mucho salió para regresar a la casa madre que ella ayudó a fundar.
   Despues de este farragoso historial, con el que he pretendido acercar a quien no la conociera un poco de la vida profesional y artística de nuestra invitada de hoy a este taller, procede dar un somero repaso a lo que pinta que, a la postre es el resultado de una vocación que, además de llenar su vida, ha llenado de cuadros su casa de Alicante y su chalet y su apartamento de Benidorm. Ya vemos que es una potentada.
   Para llegar su estilo actual, supongo, -porque esto es consustancial a todos nosotros los que hemos hecho de la pintura nuestra forma de expresión artística-, que MARÍA DOLORES, pasaría por diversas etapas en su formación en las que probaría a imitar el de otros artistas que le enseñaron, y el de los grandes maestros que nos enseñaron a todos viéndolos en los museos o en los libros. Y que le llegaría ese momento decisivo, en el que uno elige al maestro o al grupo que practica el tipo de pintura que más encaja con nuestros gustos estéticos y con nuestra sensibilidad emocional y a partir de ahí uno lo toma por  arquetipo al que hay que seguir. No sé cuándo nuestra artista tomó para si el arquetipo que marcaron los llamados expresionistas, porque lo desconozco y tampoco he podido ver alguna de sus primeras obras, por lo que solo puedo opinar de su aparente adscripción a los postulados estéticos del movimiento expresionista alemán, al estilo de Beckman, Kirchner y Kokoschka, por su obra actual y más reciente, en especial por la que presentó en la memorable exposición del Ámbito Cultural de El Corte Ingles –que dicho sea de paso me impacto muy favorablemente-, y digo “aparente” porque no veo en la pintura de Barbeyto a una expresionista pura, pues en cuanto al empleo de los complementarios puros mordiéndose entre sí, la influencia de los fauvistas franceses es más evidente. Dicho lo cual, mi criterio es, que, consciente o inconscientemente, en su pintura hay influencia de ambos movimientos artísticos, pero no la podemos adscribir a ninguno de los dos, pues ella, que indudablemente  ha bebido en las dos fuentes, ha sabido embotellar el agua con su marca y  la “marca” en  pintura es sinónimo de estilo e identifica a un pintor hasta el punto de no necesitar ver su firma en la obra, para saber quién es autor. Cuando se  llega a eso,  es cuando podemos decir que estamos ante la pintura de un maestro, y MARÍA DOLORES lo es,  aunque no sea una expresionista pura y por eso.
  Ya hemos visto el estilo con el que nuestra artista se expresa, pero para expresarse en pintura hay que tener una buena base técnica y puedo decir que MARÍA DOLORES, la tiene en grado sumo. Ella domina el dibujo –en especial el dibujo anatómico- de una forma nada común entre nuestros artistas. Encaja el tema con tanta precisión o más, que la de un sastre a medida de la famosa Savile Row encaja el terno en la anatomía de un rico cliente, pero con infinita más rapidez. La he visto dibujar en nuestro Taller de Pintura del Natural, y ni siquiera la postura más retorcida impuesta por el maestro Llorens Ferri a nuestra guapa y eficiente modelo María, se le resiste más allá de unos minutos. Y las proporciones, las divinas proporciones del hombre de Vitruvio de Leonardo, o la famosa y misteriosa proporción áurea, son tan perfectas en la pintura y el dibujo de MARÍA DOLORES, que trascienden por encima de las manchas de color con las que ella esconde el dibujo y en especial en los contornos que siluetean con fuerza la anatomía de sus modelos, sean construcciones, objetos o personas.
  Y luego el manejo del color. Su color es más fauvista que expresionista y menos simbólico que lo que pretendía con él sus colegas alemanes, noruegos o rusos, pues en MARÍA DOLORES, el color y no las formas está impregnado de un cierto lirismo que atenúa la dureza de aquellas. Sin embargo su pintura no tiene esas connotaciones que a veces observamos en los temas y en la forma de tratarlos, de algunas (muchas) pintoras que en sus obras se les ve a siete leguas su condición femenina. La pintura de MARIA DOLORES, tiene fuerza y hasta desgarro, como para no casar con ese tipo de pintura. Ella pinta como un hombre y al pintar yo diría que pinta con sentimiento de hombre en una trasmutación de personalidad espiritual que sin embargo no se ve reflejada en su persona física.
   Por qué  MARIA DOLORES, respira feminidad por todos los poros de su piel morena. Yo la catalogo como morena racial. La veo como la protagonista de aquella vieja canción de mis tiempos jóvenes que decía de otra María Dolores:
 “y llevas la gracia del cielo, la noche en tu pelo, mujer española, Óle, óle,Tus ojos son tan pintureros, que cuando los miro de cerca, prendido en tu embrujo, soy tu prisionero, óle, óle”
Bueno ya veis que por María dolores hasta soy capaz de cantar, como seguramente lo harían aquellos que gozaron de su presencia en los años de su plenitud juvenil: compañeros de estudios, compañeros  de trabajo, compañeros pintores. Sin embargo y  auque seguramente hubieron muchos aspirantes y mucho donde elegir,Maria Dolores, la guapa, la sensual, la femenina María Dolores; la bien situada económicamente María Dolores, no encontró a la persona adecuada que fuese capaz de tocar todas las teclas de su rica y compleja personalidad para sacarle la embaucadora  melodía que la hiciese emparejarse para siempre. Quizá llegó a hacerlo por algún tiempo, pero no fue  la persona adecuada. Mientras tanto en ella fueron arraigando las costumbres, las pequeñas manías de lo cotidiano, la independencia de hacer y decidir sin compartir  su vida con alguien que, quizá, no habría sido la persona adecuada capaz de respetar y aceptar el mundo que en torno a sí se había ido construyendo. Y pasó aún más tiempo, hasta el punto de que ya no merecía la pena sacrificar su autonomía  en aras del altar de  una vida compartida, con la persona que quizá “no sería la ideal” que ella buscaba y que nunca encontró.  
 Sin embargo, MARÍA DOLORES nunca ha estado sola. Siempre ha tenido unas cuantas amantes secretas que se lo han dado todo sin pedir nada a cambio; que han llenado  toda su vida y  con las que ha convivido en plena armonía y fidelidad mutua; que le acompañan en el  silencio de sus casas; que la reconfortan cuando esta triste; que le inspiran  sus sueños de día y con las que se duerme  para soñar: sus nombres del genero femenino son: pintura, poesía, música, literatura. Con ellas convive y le hacen vivir todo tipo de emociones, que la pueden llevar hasta el orgasmo espiritual, supremo goce que yo ante algún cuadro, al escuchar alguna de mis  música preferidas, o leyendo algún libro he sentido y que conociendo la sensibilidad de MARIA DOLORES, estoy seguro que también ella habrá llegado a sentir.
   Pero además, MARÍA DOLORES, nos tiene a nosotros: sus compañeros de Asociación, sus amigos con los que se trata y convive, a los que acompaña y le acompañan cuando juntos asistimos a  inauguraciones, viajes, jornadas de pintura al aire libre o en la sede, y que constituimos su familia artística y hasta sentimental. Con ella es fácil compartir vivencias, es inteligente y sencilla y tiene humor y la  fina retranca un tanto pasota de quien ha vivido y deja vivir. Y sobre todo y por encima de todo es buena gente en todos los sentidos.
 Muchas gracias y corramos el sencillo velo tras el que se esconde su obra.
Carlos Bermejo
Alicante, 26 de Mayo de 2011

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