<El maestro JUAN ESPALLARDO atacando el tema>
<Y tema ya abocetado para terminar en el estudio>
Hoy 28 de Mayo, JUAN ESPALLARDO y un grupo reducido de sus alumnos de las clases de pintura china, que imparte en Molina de Segura “su pueblo y el mío”, nos ha hecho una visita para pintar en nuestro jardín. Con él ha venido otro grupo de amigos que no ha pintado, pero ha fotografiado y disfrutado de los nenúfares en flor. Y con ellos, cinco niños de ambos sexos, que han correteado por el “jardín secreto” del otro lado del estanque; se han embarcado en la barca de mis nietos, ya en dique seco y a punto de morir; se han paseado bajo el túnel de madreselvas y campanillas; se han columpiado en el columpio gigante; se han zambullido en la piscina que los ha recibido con tanta alegría como recibía a mis nietos cuando aún se bañaban en ella y, ya al final del ajetreado día en el “jardín de unos ricos” ( según dijo una avispada niña hispana, al decirle por el móvil a su madre ausente, el lugar donde se hallaba junto a su padre), han jugado a “las casitas” en la de los niños, a la que ya casi nunca entra nadie de los míos.
Y algunos de los que no pintaban: mi amigo Vladimir con su guitarra y un profesor de música que también cantaba y por supuesto tocaba, nos alegraron la mañana con su voces maravillosas (mas la del profesor que la de mi amigo ruso) y con las sentimentales y eternas canciones de siempre que sonaron también que hasta las ranas guardaron silencio para escuchar.
Allá, para las siete se embarcaron en sus coches y “carros” y el jardín se quedó sin niños, y los mirlos, los jilgueros y las monótonas y cagonas tórtolas, lo volvieron a poblar.
Carlos Bermejo
Villaelena, 28 de Mayo de 2011
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