LA MAR, LAS NUBES Y LOS BARCOS

domingo, 10 de julio de 2011

NOCHE MÁGICA EN MI JARDIN ENCANTADO

<EN LA MESA, -QUE HUBO QUE AGRANDAR-ALGUNOS CONOCIDOS>
<TEATRO DEL BUENO, CON DOS ASTRICES IMPRESIONANTES>
<PILAR MARTINEZ LOZANO, ARTISTA DEL PERFORMANCE>

   
   Un grupo de amigos molinenses, encabezados por PILAR MARTINEZ LOZANO, artista del performance, transformaron anoche mi jardín silencioso de voces humanas- en el que solo la música del agua y el croar de las ranas en el estanque y en la alberca, ponen acento-  en un improvisado escenario en que dos jóvenes artista de la escena profesional murciana, interpretaron en vivo y en directo una obra de teatro de la modernidad, que ignoro su autor y si es parte de una  obra o la obra en sí, pero que nos emocionó por la magnífica interpretación y la puesta en escena, que empezó con los gritos desgarrados de “la loca” que saliendo de detrás de los atónitos espectadores se plantó en el escenario del templete en traje de Eva, pero ya con el signo evidente de su próxima maternidad, que nos hizo dudar si era real o ficticia, aunque parece ser que solo la magia de la noche era lo irreal.
   Esa fue la sorpresa de una noche mágica, a la que, a instancias de mi hermano José María, habíamos convocado a un grupo reducido de poetas y músicos para una velada de declamación y canto, en torno al estanque de los nenúfares, a unas horas en los que ellos, poco trasnochadores, dormían encerrados en los pétalos de su belleza. Sin embargo sobre las verdes hojas de su atrezo brillaban las luces habituales y las de las muchas velas que la artista del performance había distribuido por todos los rincones del jardín, al que daban un aspecto distinto que fue del gusto y admiración de todos los que asistíamos y en especial del batallón de ranas que hicieron coro con tanta fuerza, que hasta a veces acallaban las voces de los que salimos al escenario del templete donde reina Nefertiti, para de declamar nuestros versos: Faustina Bermejo,  Ramón Fernández, mi amigo de la niñez “Paquito escuelas” y otros dos amigos que salieron de la noche y a ella regresaron sin que me quedara con sus nombres, además del que suscribe que puso la nota fúnebre con un poema que tituló “Si el doctor Alzheimer viene” que no gustó a Loli aunque fue aplaudido cortésmente por mis invitados.
  En el capítulo del canto, lo hicieron una biznieta de Esmeraldo  Cano, poeta panocho de mi pueblo, (a quien mi madre recitaba también, como ahora lo sigue haciendo mi hermana María), que siendo cantante de jazz  nos interpretó a “cappella” unas cuantas canciones de Concha Piquer que nos dejaron boquiabiertos, pues tenían algunos quiebros que entroncaban con su especialidad en el canto y le daban un aire nuevo a esas canciones de siempre. En los preliminares de la cena, fue “Paquito” el animador  de fiestas  genial,  quien con su guitarra y su interminable repertorio de canciones de “nuestra vida” y la de todos, nos regaló los oídos y nos abrió el apetito.   
    Luego y, tras la odisea de algunos invitados que se perdieron para llegar y hubo que reconducir a golpe del eficaz móvil, nos sentamos a la mesa a la que los anfitriones aportamos una  frugal cena fría, que fue reforzada por las aportaciones de los que iban llegando ( algunos cuando ya estábamos a los postres) pues “ni estaban ni era seguro que llegaran” pero que fueron llegando hasta juntarnos más de cuarenta amigos a los que no conocía, pero lo eran por ser de mi amiga y paisana PILAR MARTINEZ.  Sin embargo y como siempre ocurre, al final “comieron todos y se saciaron, y de los trozos sobrantes recogieron doce canasto llenos” según dijo un tal Mateo, que también acudió a la cena, aunque  no lo conocía de nada…como  a la mayoría de los que, como fantasmas en la cálida, encantadora  y maravillosa noche, fueron llegando y que ahora sí, ya son mis amigos y de la reina madre del jardín de “los bermejo”.
Carlos Bermejo
San Vicente del Raspeig
9 de Julio de 2011


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